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De acuerdo con la información recibida, el 21 de septiembre de 2008, un grupo de activistas de Sahara Occidental, entre ellos defensores/as de los derechos humanos, organizaron una manifestación pacífica en la ciudad de Smara. Luego de ella, los servicios de seguridad de Marruecos lanzaron una campaña de arrestos arbitrarios de varios defensores/as y atacaron varios domicilios. Si bien celebramos que se haya liberado a casi todos los arrestados, Shikhin Brahim continuaría detenido en la Prisión El-Ayoune. Shikhin Brahin es estudiante y miembro del Comité para la Protección de los Derechos Humanos en Smara- Sahara Occidental.
El encuentro de la delegación de Front Line con Alnassiri Ahmed, Secretario General del Comité para la Protección de los Derechos Humanos en Smara- Sahara Occidental y miembro de la Sociedad de Derechos Humanos de Marruecos, los servicios de seguridad marroquíes presuntamente habrían intentado arrestarlo en su domicilio, pero no lo encontraron. Luego de este fallido intento, el defensor recibió una carta oficial donde lo despedían de su trabajo en la Municipalidad de Khraibka, aparentemente como consecuencia de su labor por los derechos humanos y de su reunión con Front Line. Informes anteriores dan cuenta de que Alnassiri Ahmed fue objeto de detención arbitraria en cinco oportunidades entre el 2002-2004 y de que fue suspendido en su trabajo dos veces. Alnassiri Ahmed está casado y tiene cuatro hijos.
Engiya Boukhars, defensora de los derechos humanos, quien también se reunió con la delegación de Front Line, fue víctima de agresiones físicas el 21 de septiembre de 2008 por parte de las fuerzas de seguridad, resultando con una herida cerca del ojo derecho y desde entonces, su salario ha sido congelado. Engiya Boukhars es miembro activa del Comité Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos en Smara y madre sola de cuatro niños. Informes anteriores indican que ha sido víctima de detención y torturas en marzo y julio de 2006.
Consideramos que la continua detención y hostigamiento de defensores/as de los derechos humanos de Sahara Occidental tiene relación directa con su labor legítima y no violenta en defensa de los derechos humanos, en particular por el ejercicio del derecho a la libertad reunión y expresión. Tememos por la integridad física y psicológica de todos/todas los/las defensores/as de los derechos humanos comprometidos, como así también la de sus familias.
El encuentro de la delegación de Front Line con Alnassiri Ahmed, Secretario General del Comité para la Protección de los Derechos Humanos en Smara- Sahara Occidental y miembro de la Sociedad de Derechos Humanos de Marruecos, los servicios de seguridad marroquíes presuntamente habrían intentado arrestarlo en su domicilio, pero no lo encontraron. Luego de este fallido intento, el defensor recibió una carta oficial donde lo despedían de su trabajo en la Municipalidad de Khraibka, aparentemente como consecuencia de su labor por los derechos humanos y de su reunión con Front Line. Informes anteriores dan cuenta de que Alnassiri Ahmed fue objeto de detención arbitraria en cinco oportunidades entre el 2002-2004 y de que fue suspendido en su trabajo dos veces. Alnassiri Ahmed está casado y tiene cuatro hijos.
Engiya Boukhars, defensora de los derechos humanos, quien también se reunió con la delegación de Front Line, fue víctima de agresiones físicas el 21 de septiembre de 2008 por parte de las fuerzas de seguridad, resultando con una herida cerca del ojo derecho y desde entonces, su salario ha sido congelado. Engiya Boukhars es miembro activa del Comité Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos en Smara y madre sola de cuatro niños. Informes anteriores indican que ha sido víctima de detención y torturas en marzo y julio de 2006.
Consideramos que la continua detención y hostigamiento de defensores/as de los derechos humanos de Sahara Occidental tiene relación directa con su labor legítima y no violenta en defensa de los derechos humanos, en particular por el ejercicio del derecho a la libertad reunión y expresión. Tememos por la integridad física y psicológica de todos/todas los/las defensores/as de los derechos humanos comprometidos, como así también la de sus familias.
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